Tromso 2014: Evaluación ex post de la participación dominicana
En el día de ayer, 14 de agosto del 2014, se bajo el telón
del más grande espectáculo que tiene el ajedrez a nivel global, las Olimpiadas
Mundiales, en esta ocasión el mundo pudo contemplar, con un poco de asombro, a
unos eufóricos chinos alzarse con la medalla de oro en la categoría abierta y
con la medalla de plata en la categoría femenil, mientras que los rusos, la más
grande potencia mundial de ajedrez, tuvieron que conformarse con el cuarto
lugar abierto y la victoria de sus mujeres que se impusieron en la categoría femenil.
Los ajedrecistas del nuevo continente tuvieron la
satisfacción de ver a los cubanos quedar en un importante séptimo lugar
abierto, mientras los EE.UU, otra potencia mundial, se colocaban en un relevante
pero modesto lugar 14, los argentinos, peruanos y brasileños en las posiciones
18, 19 y 22 respectivamente, con lo que lograron
avanzar significativamente con respecto a sus posiciones iniciales.
El ajedrez dominicano, esta vez, tiene buenas nuevas a
nivel individual, no así a nivel de conjunto, el país, colocado 83 en el ranquin
inicial de la categoría abierta, ocupo
la posición 99 de 178 países, y 19/30
entre los equipos del nuevo continente, mientras que en la categoría femenil,
las dominicanas que entraron a la competencia en el lugar 90 de 136
participantes, lograron subir 6 escalones
para alcanzar la posición 84. A nivel del continente americano y el Caribe, las
dominicanas se colocan en al lugar 16 de
27 equipos femeniles participantes.
En un articulo que escribimos un día antes de que comenzaran las olimpiadas, concluíamos
lo que citamos a continuación “Siendo
realistas, pensamos que este equipo tiene potencial para ganar 6 de los 11 matches
que le corresponde jugar y alcanzar un performance promedio en el rango de los
2300 a 2350, dependiendo de los equipos con los que le corresponda jugar.
Algunos de los integrantes del equipo, podría lograr alguna norma y
los que me lucen con mayores probabilidades de alcanzar esa meta son: Carlos
Paul Abreu, Yoel Polanco y Víctor Michelen, en ese orden. La posición más
probable del equipo dominicano esta en el rango de 75 a 90”
Mis apreciaciones iniciales estaban basadas en la composición de ambos equipos, y las realizaciones de sus componentes, principalmente en los últimos tres años, lo que me conducía a estimar que nuestra participación en estas olimpiadas no iba a ser muy diferente de lo que ha ocurrido en la historia de la participación dominicana en esto eventos. Veamos los números. La República Dominicana ha tenido 20 participaciones en la categoría abierta (1964, 1968-1990, 1994 y 2002-2012), habían jugado hasta las Olimpiadas de Estambul 1168 partidas, de las cuales ganaron 404; empataron 289 y perdieron 475; con lo cual han acumulado 548.5 puntos de 1168 posibles, lo que resulta en una eficiencia de juego del 46.96% y un performance promedio de 2275. Así mismo han jugado 292 matches, venciendo en 113, empatando 40 y perdiendo 139. Los resultados obtenidos en las olimpiadas que acaba de terminar fueron los siguientes: 44 partidas jugadas, 19 ganadas, 5 empatadas y 20 derrotas, para una eficiencia del 48.86 % y un performance promedio de 2,265, nada diferente a la historia, aunque cabe señalar que si Carlos Paul Abreu y William Puntier hubiesen jugado al nivel que se esperaba de ellos, es posible que el país hubiese tenido una de sus mejores participaciones históricas, pero no fue así, lo mismo que el primer tablero Lisandro Muñoz, el no estuvo por debajo de su nivel, tampoco por encima. La estrella del equipo, lo fue el quinto tablero, Yoel Polanco, para mí esto no fue una sorpresas, los números habla por si solos. Polanco evitó que las cosas hubiesen sido peores para el equipo y en menor medida se podría decir lo propia de Víctor Michelen.
En cuanto al equipo femenino, no estuvo mal y la posición en que quedaron respondió al gran trabajo que hicieran Wilsaida Díaz y
Carol Almonte, ellas dos, cuarto y quinto tablero, se convirtieron en la bujías
inspiradora del conjunto, pues los tableros primero y tercero no estuvieron a
la altura de las circunstancias, las actuaciones de Wilsaida y Carol fueron tan
extraordinarias que obtuvieron con sendos títulos de WFM.
Esa es la historia, vendrán días mejores, muchos ajedrecistas jóvenes, hombres y mujeres, están
mostrando verdadero interés por el juego ciencia, solo requieren de disciplina,
entrenamiento, un ambiente ajedrecístico nacional positivo y apoyo para
foguearse internacionalmente y ellos harán el resto para emular lo que han hecho
sus antecesores.
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